martes, 29 de noviembre de 2022

Oda a la transpiración

 

Gotas

se me resbalan

por la frente

me ciegan la vista

me inundan el bozo

como rocío en el pasto por la mañana

pero caliente

El agua se desliza

por el surco

entre mis pechos

Los hombros se sienten húmedos

pringosos

La lapicera

se escabulle entre los dedos

anegados de sudor

El ombligo alberga remolinos de sal

que caen por la panza

se aferran a la entrepierna

pero es inútil

como en una cascada

se precipitan contra el suelo

rebotan hacia mí y me ahogo

sofocada

en este verano que recién empieza

viernes, 11 de noviembre de 2022

Inspiración

 

Por un tiempo,

demasiado tiempo

se me trabaron las palabras

se acumularon sin poder salir

se apretujaron en mi mente infértil

se machacaron

se despalabraron

 

Hasta que se rompió el dique

de la represa

La palabras fluyeron

alocadas

imperiosas

libres

 

Y yo

desbordé de escritura

miércoles, 2 de noviembre de 2022

Si cierro los ojos veo el sol

 

“Del fuego, cuidaría mi pelo, bañaría en oro mi mano izquierda, plantaría mis dedos en una maceta.

Si cierro los ojos por ocho segundos veo el sol.

Dejaría que me beses la frente con los labios pegoteados de miel.

Tengo dos lunares en el pecho e infinitos en todo el cuerpo”.

 

A lo lejos se escucha el sonido de una sierra, a algo así. Creo que debe ser la obra en construcción por la que pasé esta mañana. Mi bastón blanco quedó trabado en la rampa que pusieron sobre un caño para que la gente pudiera pasar. La rampa estaba hecha de dos tablones y justo en la juntura, entre un tablón para subir y el otro para bajar, quedó encajado el bastón. Nadie atinó a ayudarme, porque ya estoy canchera y pude resolver la situación. Al principio, no. No sabía usar el bastón. Con el tiempo nos hicimos amigos. Él me avisa todo lo que hay delante de mí. Nos entendemos bien. Es liso y muy suave al tacto. No sé si se siente blanco o es mi memoria la que me hace sentirlo así. También pude percibir el silencio de los obreros cuando quedé trabada delante de ellos. Presentí desconcierto. Y miedo y alivio a la vez de no estar en mi situación.

Cuando era chica, jugaba a que estaba ciega, como las heroínas de las novelas que veía. Cerraba los ojos e intentaba caminar por el living de mi casa, a ver cómo se sentía. No duraba ni dos minutos con los ojos cerrados. Es como dejar de respirar. No podés hacerlo vos por mucho tiempo. Tiene que venir algo de afuera a dejarte sin respiración. O a imponerte la ceguera. En mi caso fue degeneración macular relacionada con la edad, cuando solo pensaba en mi jubilación más que en andar emulando heroínas sufrientes. Pensé que era el fin. Y en algún punto lo fue: el fin de la vida que tenía hasta ese momento. Comenzó otra. Mucho mejor de lo que yo esperaba.

A.C. (Antes de la Ceguera, como lo llamo yo) Gonzalo y yo éramos amigos. Sus ojos claros saltones y esa piel blanca, producto de su albinismo me impedía toda chance de acercamiento. No me gustaba. Pero era un gran amigo y me hacía reir mucho. Era como esos sapos de los cuentos, pero yo no era una princesa, ni estaba dispuesta a besarlo.

D.C. (después de la ceguera) la imagen física de Gonzalo se me fue desdibujando de la memoria, dejando paso a su compañerismo (siempre estuvo ahí para mí, mientras aprendía a desenvolverme en mi nueva situación). Con la ceguera, paradójicamente empecé a ver otras cosas. Nunca me hubiera imaginado que Gonzalo tuviera ese aroma a selva en la piel, ni que sus manos tocaran tan lindo. Estar con él se convirtió en una fiesta para los sentidos. Tanto  que se dio de forma natural  que se viniera a vivir conmigo. Y acá estamos, en la cama después de una apasionada siesta. Escucho a los obreros trabajando en la cuadra de mi casa. Sonrío. Una vez leí que “la vida no es fácil, es maravillosa y no todo lo maravilloso es fácil. Si así fuera, sería aburrido”. Estiro el brazo y pongo mi mano sobre el pecho de Gonzalo, lo siento subir y bajar al ritmo de su respiración. Sonrío otra vez. Cierro los ojos, los aprieto fuerte, y siento la luz del sol que entra por la ventana.