No llevo la
cuenta de las noches sin vos
De los
sueños humedecidos por el recuerdo
de tu
respiración en mi espalda
¿Por qué
cuando no estás
me desgarro
en la
profundidad del colchón?
Me acaricio
con las sábanas
que guardan
tu perfume
Transpiro
y las
aparto
Se me pegan
Tengo
llagas en carne viva
que piden a
gritos
que alivies
el dolor
Que apagues
el incendio
que provocaste
Los párpados se me cierran
Las lagañas me pegotean los ojos
La oscuridad cae sobre mí
me arrastra a lo profundo
donde todo es quietud
En ese océano
de negrura calma
mi mente se pregunta
por qué hay que levantarse
y trabajar
Un día
los errores
pasados
serán
pasado
Un día
nuestros
errores
nos harán
reír
Nos
reconciliaremos
con
nosotros
en una
ceremonia
de cuerpos
abrazados y camas revueltas
Mientras
tanto
(aleluya)
aprendemos
a tolerar los desconciertos
Dejamos
pasar la tormenta
Esperamos en
silencio
sin
preguntarnos nada
Nos hacemos
compañía hasta que escampe
y otra vez salga el sol
Mi cuerpo
es un mar embravecido
que alberga
el recuerdo de tus manos
Me
cosquillean los pies
las piernas
La cintura
se hunde
en un
tsunami sentimental
de salvajes
olas
Quiero
desplegar las alas
como las
velas de este barco
del que tomé el timón
Ya era hora
Y saber
al fin
que llegué a buen puerto
Las paletas
del ventilador
se burlan
de mi falta
de ganas
Las veo
girar
Entusiasmadas
a velocidad
tres
Me escupen
vientos tórridos
les cantan
odas al calor
Una boa
constrictor me abraza
con su
sangre fría
Algo frío al
fin
Mi cuerpo
se oprime
se transforma
sobresale
por entre
los huecos
del abrazo
ofidio
El calor me
abrasa
Me convierto
en un globo que se amolda
que se
transforma en un animalito
que un
payaso les venderá a los chicos en la plaza
después de
un show macabro
