Quisiera
que mis
caricias en tu espalda
pudieran
deshojarte
la tristeza
Mandaran
las preocupaciones al rincón
donde pellizco
con suavidad tu piel
que se
entrega a mis manos
Y qué linda
se ve tu sonrisa agradecida
Tus omóplatos
refugio de
pecas y lunares
Y qué lindo
el sueño que nos arrulla
de repente
junto al
abrazo
Y qué linda
costumbre esta
que se nos
hizo
de estar
juntos
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