el celular me agarra la cara
quiere comerme la boca
le veo el deseo
me traga entera
me devora
me obliga a que lo
mire
amante demandante
mirame
escuchame
también tengo audios
no me claves el visto
vi que me viste
respondeme ya
ahora
mensajes que urgen
ser leídos
entrar es quedar
atrapado
necesidades caprichosas
aburridas
ombligos del mundo
quieren su respuesta
mirá lo que me pasa
mirá lo que necesito
mirá
miraaaaaaaa
me pregunto en qué
momento
hice promesa de
ubicuidad
“ella está trabajando
no la quiero molestar
vos me contestás más
rápido”
es la eterna frase
parece que yo no
trabajo
parece que a mí sí me
puede molestar
porque soy proactiva
asertiva
“no sé cómo podés con
todo”
yo tampoco lo sé
y no puedo con todo
“estoy trabajando”
mi respuesta gime
el celular insiste
con un audio que no
escucho
“estoy trabajando”
repito en un desmayo
“lo escuchás después
cuando puedas”
y yo me pregunto
qué parte de estoy
trabajando
no se habrá entendido
¿y si nunca puedo?
¿y si no quiero?
¿tengo ese derecho
o es mi obligación
responder?
no, celular
tu locura es tuya
tu urgencia es tuya
quedátelas vos
yo tengo las mías
no te vaya a creer
también tengo
angustias
ansiedades
locuras
mi celular ruega
no me apagues
por favor
le agradezco el
tiempo compartido
le prometo acordar
horarios para vernos
espero que sepamos
respetar el pacto
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