El estómago
arde
los volcanes
que nunca
apagué
Observo tus
manos que tanto me gustan
sobre mi
pierna
que descansa
en la tuya
Tu cuello
sonríe con el roce de mis labios
Tu mirada es
aire fresco
brújula
Vientos de
felicidad son testigos
de que
encontré la paz
que tanto
buscaba
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