Hastiada
de tu hastío
me precipito
en la marea turbia
de tu mente
Me ahogo
Gaviotas salvajes
me oprimen la garganta
Se llevan restos de mí al cielo
Mi imaginación da vueltas
y vueltas
en un remolino
de malestar
Mis ojos derraman lágrimas
que caen
sobre el mar
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