jueves, 25 de febrero de 2021

Dejarse ir

 

    Puso sus manos en mi cuerpo con precisión y destreza. Su manera de recorrerme despertaba cada fibra de mi ser. ¡Y la música! La música era perfecta para la ocasión. Me sentí transportada a un universo mágico. Me dejé hacer, esperando que no terminara nunca. Lamenté no habernos conocido antes, pero agradecí que la vida me hubiera dado esta oportunidad en mis años no tan jóvenes. Ahí lo tenía, mirándome, inquisidor, quería saber si me había gustado, si la había pasado bien. La sonrisa en mi cara fue la mejor respuesta. Ojalá me diga de volver a vernos, pensé; y lo hizo. No podía creer mi suerte. Así y todo, no estaba segura, tenía mis recelos, mis limitaciones. Su edad, y algunas otras cuestiones. Le pregunté si podía escribirle más tarde, y me dijo que sí. Todo un caballero.

    Los días pasan y extraño sentirme como me sentí, cada vez tengo más ganas de estar ahí, de repetir esa experiencia casi mágica. Además, ya cobré, así que le voy a escribir a ver cuándo podemos vernos, cuándo tiene un turno para el próximo masaje.

No hay comentarios:

Publicar un comentario