sábado, 21 de agosto de 2021

Las desventuras de los hermanos Pincho


Los hermanos Pincho son muy amigos míos. Carla Pincho. O Car Pincho, como le decimos a mi amiga, es una genia para los deportes. Su hermano Amilcar Pincho, me gustaba de chica. Hasta que me di cuenta de que tenía un es-carpín cho-to y uno lindo, no sé qué había hecho para que el par le quedara así. Ya sé que soy un poco rara, pero este hecho, que para otra persona hubiera pasado desapercibido, para mí era muy importante. Ya sé, no me digan nada. Me imagino lo que piensan de mí.
Carla y Amílcar Pincho están en un coro. Carla es soprano, Amílcar es te-nor del- ta-lento de un Pavarotti. Ël dice que no es ningún Pavarotti, pero nosotros los cargamos igual.
A los hermanos Pincho les gustan los deportes de aventura, como el ala nordelta. Les encanta elevarse y sentir la libertad que les da el viento.
Pero unas personas de maldad conchetudinaria, encabezadas por Nicanor Delta y Martín To (Tincho To, para sus amigos) se encarpincharon con ese mismo deporte. Y al grito de “¡los ricos no piden permiso” les robaron sus alas nordeltas a los hermanos. No solo eso, prohibieron a toda la familia Pincho la práctica de ese deporte.
-Ya tienen el coro, ¿qué más quieren, codiciosos?- les dijeron, demostrando que los conchetudinarios ven la paja en tierra ajena y no la codicia propia.
Carla y Amílcar, resignados al principio, trataron de de hacer otras cosas, hasta se dedicaron a la cría de yacarés pero ya care-cían de la habilidad necesaria. No había caso, extrañaban.
Aunque Amilcar Pincho es muy carpinchano, tampoco se iba a dejar prepotear así. Hacía años que su familia practicaba el alanordeltismo y no podía soportar quedarse sin algo tan necesario para ellos, algo que traía paz y armonía familiar, tanto que toda la familia se unió para recuperar sus planeadores.
Los conchetudinarios, por supuesto, fingieron ser atacados por los verdaderos poseedores de la maquinaria para practicar ese deporte.
Pero todos sabemos que Carla y Amílcar son seres muy nobles, que es su derecho acceder a los alanordeltas que tenían antes de que los conchetudinarios se los sacaran.
Continuará…

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