Y un día se fue.
Quizás pasamos
mucho tiempo juntos, le pedí demasiado, la gasté.
Lo cierto es que
desapareció y no sé cómo ni dónde encontrarla.
Al principio
pensé que era algo pasajero, que ya volvería, como siempre.
No era la
primera vez que se iba así, sin avisar.
Siempre volvió.
Esta vez está
tardando más y eso me preocupa.
A veces me
parece verla. Pero se desvanece enseguida. Tanto, que ya dudo de si realmente
la vi o fueron mis ganas nomás.
En parte la
entiendo, yo también me hubiera sentido demandado en su lugar.
No quise
saturarla, no era mi intención. Pero, como dicen, el infierno está lleno de
buenas intenciones.
Espero que no
esté todo perdido, que todavía podamos recomponer la relación.
La extraño.
Si necesita
tiempo, está bien.
Espero que pronto me sorprenda con su hermosa compañía
que tan bien me hace. Ojalá ella también disfrute de estar conmigo y me quiera
tanto como la quiero yo.
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