jueves, 17 de septiembre de 2020

Inexorable

 

Hoy me desperté temprano. Sin que sonara la alarma. Porque sí.

Tengo muchísimo para corregir y poquísimas ganas.

Me hago unos mates y me siento en la mesa de la cocina.

Es la hora de la tranquilidad. Todos duermen en casa.

No escucho música, me gusta el silencio. Como fondo musical está el reloj de la cocina, regalo de uno de los primeros grupos de alumnos que tuve.

Cada tanto se suma el motor de algún auto que pasa.

La gata se acerca a su comida. Me encanta el ruidito que hace con los dientes cuando come.  Cada tanto estornuda. Sí, tengo una gata que estornuda.

Mis vecinos hoy no pelean. O pelearon mientras dormía y ahora están descansando. Tenemos los horarios al revés. Voy a extrañarlos, de alguna manera. Uno se acostumbra a todo.

Bueno, a todo no.

El tic tac del reloj sigue, inexorable.

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