sábado, 4 de abril de 2020

Mi mundito


No sé sobre qué escribir. Así que pongo a prestar atención a los objetos de mi casa. Busco algo que me transmita alguna sensación Y de repente me acuerdo. En mi escritorio tengo un globo terráqueo. Chiquito. Un mundito, que compró mi marido. Él es fanático de los globos terráqueos. Quería uno más grande, pero son carísimos y ocupan mucho lugar. Así que hizo un acuerdo entre su deseo y su realidad. Gracias a eso tenemos a minimundo en el escritorio. A mí, los globos terráqueos no me dicen nada, pero veo que a mucha gente le fascinan. Al nuestro en especial siempre lo tomé como parte del decorado, pero esta vez decido prestarle más atención. Lo busco en medio del caos y, en un rincón del escritorio, perdido, lo veo. Puedo viajar a donde quiera con solo ponerle un dedo encima. ¿A dónde quiero ir hoy? Lo agarro, está sucio, lleno de polvo. Pienso hace cuánto que no lo limpiamos. Cierro los ojos, y la mugre del globo se siente mucho más intensa. Con los ojos cerrados, apoyo el índice de la otra mano a ver a dónde me lleva. Aparezco en el medio del Océano Pacífico. Por suerte sé nadar, así que empiezo a hacerlo. Así no me ahogo. ¿A la derecha o a la izquierda? A la izquierda, obvio. El agua está fría, pero me gusta. Amo el mar, aunque sea peligroso. Me acuerdo de Alfonsina Storni y su poesía. Siempre la relaciono con el mar. El mar es todo lo que está bien. Igual no me gustaría morir ahogada, definitivamente. Sí escribir poesía, aunque no se me da mucho. Nado hacia la izquierda y llego a China. Por suerte el coronavirus ahí ya está controlado. Voy a ver cómo se vive después de la pandemia. Por lo menos, cómo viven en China después de la pandemia. Es grande China, y azul. En mi globo terráqueo, digo. Me pongo a leer sobre China después del coronavirus y veo una foto de personas que andan en bicicleta y usan barbijo. Cuando pueda volver a salir, voy a retomar la bici, entre otras cosas. Me pregunto cómo va a ser acá cuando podamos salir de nuestra casa. Pienso que va a ser un caos. Todos desesperados por ponernos al día con todo lo que tenemos pendiente. Me imagino las personas que tuvieron que interrumpir tratamientos importantes, pero no tan importantes como para tener que salir de casa igual en medio de una pandemia. Yo soy una de esas personas. Me fracturé el hombro y la cuarentena me agarró en medio de la rehabilitación. De todas maneras, si puedo voy a esperar, no voy a retomar enseguida, porque va a ser un caos. Y ya bastante caos tengo ahora, me cuesta mucho adaptarme a esta situación. Por suerte tengo a mi mundito. Ya nadé en el Océano Pacífico y conocí China. En mi mundito el hombro ya se me curó. En mi mundito puedo salir a donde quiera cuando quiera. Y viajar. Veremos a dónde viajo mañana.

4 comentarios: