No sé sobre qué escribir. Así que
pongo a prestar atención a los objetos de mi casa. Busco algo que me transmita
alguna sensación Y de repente me acuerdo. En mi escritorio tengo un globo
terráqueo. Chiquito. Un mundito, que compró mi marido. Él es fanático de los
globos terráqueos. Quería uno más grande, pero son carísimos y ocupan mucho
lugar. Así que hizo un acuerdo entre su deseo y su realidad. Gracias a eso
tenemos a minimundo en el escritorio. A mí, los globos terráqueos no me dicen
nada, pero veo que a mucha gente le fascinan. Al nuestro en especial siempre lo
tomé como parte del decorado, pero esta vez decido prestarle más atención. Lo
busco en medio del caos y, en un rincón del escritorio, perdido, lo veo. Puedo
viajar a donde quiera con solo ponerle un dedo encima. ¿A dónde quiero ir hoy?
Lo agarro, está sucio, lleno de polvo. Pienso hace cuánto que no lo limpiamos. Cierro
los ojos, y la mugre del globo se siente mucho más intensa. Con los ojos
cerrados, apoyo el índice de la otra mano a ver a dónde me lleva. Aparezco en
el medio del Océano Pacífico. Por suerte sé nadar, así que empiezo a hacerlo.
Así no me ahogo. ¿A la derecha o a la izquierda? A la izquierda, obvio. El agua
está fría, pero me gusta. Amo el mar, aunque sea peligroso. Me acuerdo de
Alfonsina Storni y su poesía. Siempre la relaciono con el mar. El mar es todo
lo que está bien. Igual no me gustaría morir ahogada, definitivamente. Sí
escribir poesía, aunque no se me da mucho. Nado hacia la izquierda y llego a
China. Por suerte el coronavirus ahí ya está controlado. Voy a ver cómo se vive
después de la pandemia. Por lo menos, cómo viven en China después de la
pandemia. Es grande China, y azul. En mi globo terráqueo, digo. Me pongo a leer
sobre China después del coronavirus y veo una foto de personas que andan en
bicicleta y usan barbijo. Cuando pueda volver a salir, voy a retomar la bici,
entre otras cosas. Me pregunto cómo va a ser acá cuando podamos salir de
nuestra casa. Pienso que va a ser un caos. Todos desesperados por ponernos al
día con todo lo que tenemos pendiente. Me imagino las personas que tuvieron que
interrumpir tratamientos importantes, pero no tan importantes como para tener
que salir de casa igual en medio de una pandemia. Yo soy una de esas personas.
Me fracturé el hombro y la cuarentena me agarró en medio de la rehabilitación.
De todas maneras, si puedo voy a esperar, no voy a retomar enseguida, porque va
a ser un caos. Y ya bastante caos tengo ahora, me cuesta mucho adaptarme a esta
situación. Por suerte tengo a mi mundito. Ya nadé en el Océano Pacífico y
conocí China. En mi mundito el hombro ya se me curó. En mi mundito puedo salir
a donde quiera cuando quiera. Y viajar. Veremos a dónde viajo mañana.
¡Me encantó, Vale! Simple y creativo, con lo difícil que es escribir así. Genia.
ResponderEliminar¡Gracias! <3
EliminarQue lindor! Ya te imaginé dibujada nadando.
ResponderEliminarQué grosa!!!Sí tenés ganas, hacelo y lo subimos <3
Eliminar