A
veces me canso de ponerle onda a la vida. No la quiero pelear más. Quiero hundirme
en esas no ganas para siempre, flotar en un mar de irresponsabilidad. Las
llagas brotan en mis labios, supurando el malestar. El cuello endurece aquello que no puedo soltar,
y duele. ¿Será que es viernes? ¿Será que los días son raros? ¿Será que la gente
me deprime a veces? Y otras veces también. ¿Será que hago poemas en picada? Como
un águila que viene hacia mí y con su garra me agarra, me aprieta fuerte la
garganta. Quiere la vida que me queda y aprieta cada vez más. No tengo fuerzas
para escapar, no puedo gritar. Ni ponerme al hombro la alegría. Ni
luchar. Solo quiero descansar.
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