lunes, 27 de julio de 2020

Carta de ruptura


Amor mío:
hace tiempo que vengo escribiendo esta carta. Escribo y borro. No logro decidirme. Encima no encuentro la manera adecuada para transmitirte lo que quiero. Odio la idea de hacerte sufrir, aunque tampoco veo la forma de que eso no ocurra.
Y creeme que yo también sufro. No es fácil para mí, te lo puedo asegurar.
Ya no te amo. Tardé en reconocer esta fatalidad que me cayó como un rayo en medio de la tormenta. Sí, es así. No sé cómo pasó. Ni en qué momento. Supongo que el transcurrir del tiempo y la monotonía que se apropió de nuestra vida contribuyeron. No es fácil la convivencia, lo dicen todos. Yo creía que a nosotros no nos iba a pasar nunca, pero se ve que nadie está exento. Y a veces hay que rendirse ante la evidencia y aceptar, por mucho que nos cueste y nos duela, que la sabiduría popular, como su nombre lo dice, es sabia.
No sé si a vos te pasa lo mismo, aunque por momentos sospecho que así es.
Nos observo a los dos y veo la misma mirada de hastío, de aburrimiento letal.
Los chistes que hacías al principio me encantaban, me reía mucho con vos. Hoy te encuentro repetitivo y hastiante, hasta el punto de que te veo abrir la boca y ya me pongo de mal humor.
Lo mismo me pasa cuando te veo comer, hasta me molesta el ruido que hacés al masticar. Temo llegar al punto en que hasta oírte respirar me moleste. Por eso creo que es el momento de tomar una decisión drástica, para guardar los buenos momentos, que fueron muchos.
Al principio salíamos un montón, al teatro, a cenar, con amigos. Hasta que de a poco te fuiste achanchando y decidiste que estábamos mejor solos y en casa. Bueno, vos estarás mejor. Yo me aburro soberanamente.
Otra cosa, que seas un tacaño me molesta bastante. Pero el problema es que sos tacaño hasta para coger. No das nada de vos y pedís todo. Y una vez que obtenés tu propia satisfacción te das vuelta y te dormís, y yo me quedo ahí, frustrada y con ganas de matarte. No sabés cómo te odio en esos momentos. Y el problema no es que eyacules rápido y que todo acabe, paradójicamente, cuando acabás vos. Tuve otros novios así, pero que le ponían una onda impresionante y la pasábamos muy bien. No es este el caso,  con vos la paso para el orto, perdoname que te lo diga.
Tampoco está bueno que vivas comparándome con tu madre. Y mucho menos que yo siempre salga perdiendo en la comparación. Te lo digo para que lo tengas en cuenta a futuro, conmigo ya fue. Largá el Edipo de una vez o quedate a vivir con ella y sean felices sin molestar a otras personas.
Ni hablemos del tema de refregarme a tus novias anteriores todo el tiempo. ¿Dónde aprendiste a tratar mujeres vos? ¿Te enseñó Baby Etchecopar?
Espero que no te caiga mal lo que te digo, y que entiendas que lo digo por tu bien. Solo quiero tu felicidad.
Por último te digo que no trates de convencerme o de decirme que vas a cambiar, como dejaste entrever en alguna oportunidad. Si lo hacés, que sea por vos, yo ya tomé la decisión. Te deseo lo mejor y quiero que sepas que estos hermosos tres meses que pasamos juntos quedarán guardados por siempre en mi memoria.
De veras lamento que no haya funcionado.
Siempre te recordaré con cariño.
Analía Rinraje de los Salecorriendo
PD: no quiero que te enteres por otros, así que prefiero decírtelo yo misma y que te enteres por mí: conocí a tu prima y nos enamoramos. No parecen de la misma familia, ella es un volcán en erupción y me satisface en todos los sentidos. No sé si me hago entender. Mañana me voy a vivir con ella. Así que nos seguiremos viendo en las fiestas familiares. Por lo que esto no es un adiós sino un hasta luego. ¿No es genial? ¡Las vueltas del amor!

No hay comentarios:

Publicar un comentario